PUBLICADOR: ¿Crees que remplazar un mal habito con uno bueno es fácil o difícil?
AMO DE CASA: Uff, difícil. Yo he intentado dejar de fumar más de una vez, pero no
lo consigo.
PUBLICADOR: Sí, cambiar malos hábitos por buenos toma tiempo. Pero, ¿piensas que
vale la pena?
AMO DE CASA: Claro, nada se consigue sin esfuerzo.
PUBLICADOR: Exacto, de hecho la Biblia dice algo interesante sobre esto. Mira
aquí en Eclesiastés 7:8. Juan, ¿te gustaría leerlo?
JUAN: Claro, dice:”Mejor es el fin de un asunto […] que su principio”.
PUBLICADOR: Gracias. ¿Cómo crees que se relaciona este pensamiento con mejorar
los hábitos?
AMO DE CASA: Mmm, ni idea.
PUBLICADOR: Piensa en esto. Si te dijera que te tomará tres meses adquirir el
hábito de hacer ejercicio todas las semanas. ¿Te parecería mucho tiempo?
AMO DE CASA: Sí, tres meses es mucho tiempo.
JUAN: Bastante.
PUBLICADOR: Pero, sea que te esfuerces o no, esos tres meses de todos modos
pasarán, ¿no crees?
AMO DE CASA: Pues sí.
PUBLICADOR: Así que si hacemos el intento aunque al principio nos cueste, ¿qué
pasará al final?
AMO DE CASA: Tendremos un buen habito.
PUBLICADOR: Muy bien. Eso es solo un ejemplo de cómo los principios bíblicos nos
ayudan a mejorar nuestros hábitos. Esta revista analiza otros principios de la
Biblia sobre este tema.