ESTUDIO DE LA ATALAYA (Sem. del 30 de mayo al 5 de junio)
¿Qué enseña a los cristianos la historia de Jefté y su hija?
“Sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas” (HEB. 6:12).
CANCIONES 86 Y 54
¿CÓMO RESPONDERÍA?
- ¿Cómo puede ayudarnos a resistir la influencia del mundo el ejemplo de Jefté y su hija?
- s¿Qué principios bíblicos podrían ayudarnos cuando tengamos problemas con otros hermanos?
- ¿Cómo lo ha animado este artículo a hacer sacrificios por el Reino?
1, 2. ¿A qué reto se enfrentan Jefté y su hija?
RESPUESTA: UN GUERRERO victorioso vuelve a casa tras liberar a su pueblo de la opresión. Su hija sale corriendo a su encuentro, bailando entusiasmada y tocando la pandereta, pero cuando él la ve, en vez de alegrarse, se rasga las vestiduras. Podemos imaginar lo mal que se sintió Jefté y lo expresó al decir: “¡Ay, hija mía!”. Esa promesa significaba que ella nunca podrá casarse ni tener hijos. Ella de inmediato le dice a su padre que él tiene que cumplir su promesa. Con esta respuesta la joven demuestra que confía en Jehová y está segura de que obedecer a Dios siempre será lo mejor, sin importar lo que él le pida.
LA ESPERA de la joven ha terminado: por fin su padre regresa de la batalla, sano y salvo, y ella sale corriendo a recibirlo. Está muy contenta porque han vencido al enemigo. Pero en vez de unirse a los cantos y danzas de su hija, él rasga sus vestiduras manchadas por la batalla y, con el corazón roto, exclama: “¡Ay, hija mía!”. Entonces le dice algo que cambiará la vida de la joven para siempre, que acabará con sus sueños de tener una vida como la de cualquier otra mujer. ¿Cómo responde ella? Sin dudarlo, anima a su padre a cumplir la promesa que le hizo a Jehová. ¡Cuánta fe demuestra su respuesta! Está segura de que obedecer a Dios siempre será lo mejor, sin importar lo que él le pida (Juec. 11:34-37). Su padre se siente muy orgulloso. Sabe que a Jehová le alegra que ella quiera apoyar su decisión.
2 La hija de Jefté teme a Dios. Ambos confían en él y en su manera de hacer las cosas, aunque a veces no sea fácil. Están seguros de que cualquier sacrificio vale la pena con tal de complacerlo.
LENGUAJE SENCILLO: UN HOMBRE vuelve a su casa después de ganar una batalla. Cuando su joven hija lo ve, se pone tan contenta que sale a recibirlo cantando y bailando. Pero su padre hace algo que la sorprende. Se rasga la ropa para mostrar que está muy triste y luego grita: “¡Ay, hija mía!”. Le explica que él le ha hecho una promesa a Jehová que cambiará la vida de ella para siempre. Debido a esa promesa, ella nunca podrá casarse ni tener hijos. ¿Cómo responde ella? De inmediato le dice a su padre que él tiene que cumplir su promesa. Con su respuesta, esta joven demuestra que confía en que Jehová nunca le pedirá algo malo (Jueces 11:34-37). Cuando el hombre ve que su hija tiene tanta fe, se siente muy orgulloso. Sabe que Jehová estará muy contento con ella por su buena actitud.
2 Este hombre se llamaba Jefté. Él y su hija confiaban por completo en Jehová y en su manera de hacer las cosas. Incluso en los momentos más difíciles de su vida demostraron que tenían fe. Querían que Jehová los bendijera, y por eso estuvieron dispuestos a hacer cualquier sacrificio.
(Jueces 11:34-37) 34 Por fin Jefté vino a Mizpá, a su casa, y, ¡mire!, ¡su hija salía a su encuentro con toque de panderetas y baile! Ahora bien, ella era absolutamente la única hija. Además de ella, él no tenía ni hijo ni hija. 35 Y aconteció que, cuando él alcanzó a verla, empezó a rasgar sus prendas de vestir y a decir: “¡Ay, hija mía! Realmente has hecho que me doble, y tú misma has llegado a ser la que yo estuve obligando a extrañamiento. Y yo... yo he abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás”. 36 Pero ella le dijo: “Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón”. 37 Y pasó a decir a su padre: “Que se me haga esta cosa: Déjame por dos meses, y deja que me vaya, y ciertamente descenderé sobre las montañas, y déjame llorar mi virginidad, yo y mis compañeras”.
3. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Jefté y su hija?
RESPUESTA: Aprendemos que no siempre es fácil tener una fe fuerte en Jehová. Pero si es posible conservarla si ponemos todo nuestro empeño. Por eso, en este artículo vamos a repasar el ejemplo de Jefté y su hija. Veremos cómo mostraron que tenían fe incluso cuando tuvieron problemas.
3 Nosotros sabemos que tener fe en Jehová no siempre es fácil. De hecho, tenemos que luchar intensamente para mantenerla (Jud. 3). Algo que nos ayudará a lograrlo será examinar los desafíos a los que se enfrentaron Jefté y su hija y ver cómo los vencieron. ¿Qué hicieron para no perder la fe en Jehová?
LENGUAJE SENCILLO: 3 No siempre es fácil tener una fe fuerte en Jehová. Si queremos mantenerla, tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas (Judas 3). Por eso, en este artículo vamos a repasar el ejemplo de Jefté y su hija. Veremos cómo mostraron que tenían fe incluso cuando tuvieron problemas.
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(Judas 3) 3 Amados, aunque estaba haciendo todo esfuerzo por escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, se me hizo necesario escribirles para exhortarlos a que luchen tenazmente por la fe que una vez para siempre fue entregada a los santos.
MANTENGAMOS LA FE A PESAR DEL MUNDO QUE NOS RODEA
4, 5. a) ¿Qué debían hacer los israelitas cuando entraran en la Tierra Prometida? b) Según el Salmo 106, ¿qué les pasó a los israelitas por ser desobedientes?
RESPUESTA a): LOS israelitas sabían muy bien lo que Jehová esperaba de ellos cuando entraran en la Tierra Prometida, pues mediante Moisés les había ordenado: “Tienen que expulsar a todos los habitantes de la tierra de delante de ustedes y destruir todas sus figuras de piedra; y todas sus imágenes de metal fundido las deben destruir, y todos sus lugares altos sagrados los deben aniquilar” (Núm. 33:52). Lo que es mas, el pueblo de Israel no debía celebrar pactos con los habitantes de aquella tierra ni tampoco formar ninguna alianza matrimonial con ellos (Deu. 7:2, 3). De hecho, al pueblo escogido de Dios se le advirtió: “Cuídate para que no celebres un pacto con los habitantes de la tierra a la cual vas, por temor de que resulte ser un lazo en medio de ti”, los hijos de Israel no obedecieron a plenitud los mandatos divinos, pues no expulsaron al enemigo.
RESPUESTA b): El Salmo 106, muestra que los Israelitas no obedecieron. Por el contrario, a medida que se establecían entre las “siete naciones” que ocupaban el territorio, el contacto regular con sus habitantes los llevó a entablar relaciones amistosas con ellos, ¿Cómo les afectó aquello? La Biblia lo explica: “Procedieron a tomar a las hijas de estos por esposas para sí, y dieron sus propias hijas a los hijos de ellos, y se pusieron a servir a sus dioses. De modo que los hijos de Israel hicieron lo que era malo a los ojos de Jehová, y fueron olvidándose de Jehová su Dios y se pusieron a servir a los Baales y a los postes sagrados” (Jue. 3:5-7). En el caso de los israelitas, la amistad con los habitantes de aquella tierra los llevó a formar matrimonios mixtos y a cometer idolatría. Debido a su desobediencia perdieron la aprobación de Jehová quien ya nos los protegería de sus enemigos. Muchos incluso empezaron a adorar a dioses falsos y a cometer pecados sexuales, como hacía la gente de Canaán.
4 Jefté y su hija podían ver todos los días las terribles consecuencias de perder la fe. Unos trescientos años antes, Dios había mandado a los israelitas que eliminaran a todos los paganos que vivían en la Tierra Prometida (Deut. 7:1-4). Pero no lo obedecieron, y muchos terminaron igual que los cananeos: adorando dioses falsos y participando en prácticas inmorales y degeneradas (lea Salmo 106:34-39).
5 Su desobediencia les costó la aprobación de Dios, quien ya no los protegería de sus enemigos (Juec. 2:1-3, 11-15; Sal. 106:40-43). Debió ser una época muy difícil para las familias que amaban a Dios y querían mantenerse leales. A pesar de todo, hubo algunas que no perdieron la fe. Además de Jefté y su hija, recordemos a Elqaná, Ana y Samuel, quienes estaban decididos a obtener la aprobación de Dios (1 Sam. 1:20-28; 2:26).
LENGUAJE SENCILLO: 4 Todos los días, Jefté y su hija veían los malos resultados de que los israelitas desobedecieran a Jehová. Casi 300 años antes, cuando los israelitas iban a entrar en la Tierra Prometida, Jehová les mandó que mataran a la gente que adoraba a dioses falsos. Pero ellos no obedecieron (Deuteronomio 7:1-4). Muchos incluso empezaron a adorar a dioses falsos y a cometer pecados sexuales, como hacía la gente de Canaán, la Tierra Prometida (lea Salmo 106:34-39).
5 Por ser desobedientes, Dios no protegió a los israelitas de sus enemigos (Jueces 2:1-3, 11-15; Salmo 106:40-43). De seguro que no fue fácil para las familias que amaban a Jehová mostrar fe en esa época tan difícil. Pero la Biblia habla de algunos israelitas que estaban decididos a hacer feliz a Jehová. Algunos de ellos fueron Jefté y su hija, así como Elqaná, Ana y Samuel (1 Samuel 1:20-28; 2:26).
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(Deuteronomio 7:1-4) 7 ”Cuando Jehová tu Dios por fin te introduzca en la tierra a la cual vas para tomar posesión de ella, entonces tendrá que quitar de delante de ti naciones populosas: los hititas y los guirgaseos y los amorreos y los cananeos y los perizitas y los heveos y los jebuseos, siete naciones más populosas y más fuertes que tú. 2 Y Jehová tu Dios ciertamente las abandonará en tus manos, y tendrás que derrotarlas. Sin falta debes darlas por entero a la destrucción. No debes celebrar ningún pacto con ellas ni mostrarles ningún favor. 3 Y no debes formar ninguna alianza matrimonial con ellas. No debes dar tu hija al hijo de él, ni debes tomar su hija para tu hijo. 4 Porque él apartará a tu hijo de seguirme, y ellos ciertamente servirán a otros dioses; y la cólera de Jehová realmente se encenderá contra ustedes, y él ciertamente te aniquilará de prisa.
(Salmos 106:34-39) 34 No aniquilaron a los pueblos, como Jehová les había dicho. 35 Y empezaron a mezclarse con las naciones, y se pusieron a aprender sus obras. 36 Y siguieron sirviendo a sus ídolos, y estos llegaron a ser un lazo para ellos. 37 Y sacrificaban sus hijos y sus hijas a demonios. 38 De modo que siguieron vertiendo sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra quedó contaminada con el derramamiento de sangre. 39 Y se hicieron inmundos por sus obras, y siguieron teniendo ayuntamiento inmoral por sus tratos.
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(Jueces 2:1-3) 2 Entonces el ángel de Jehová subió de Guilgal a Bokim y dijo: “Yo procedí a hacerlos subir de Egipto y a introducirlos en la tierra acerca de la cual juré a sus antepasados. Además, dije yo: ‘Nunca romperé mi pacto con ustedes. 2 Y en cuanto a ustedes, no deben celebrar un pacto con los habitantes de esta tierra. Sus altares los deben demoler’. Pero ustedes no han escuchado mi voz. ¿Por qué han hecho esto? 3 Por lo tanto, yo, a mi vez, he dicho: ‘No los expulsaré de delante de ustedes, y tendrán que llegar a ser lazos para ustedes, y sus dioses les servirán de señuelo’”.
(Jueces 2:11-15) 11 Y los hijos de Israel se pusieron a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, y a servir a los Baales. 12 Así abandonaron a Jehová el Dios de sus padres que los había sacado de la tierra de Egipto, y se pusieron a seguir a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que estaban todo en derredor de ellos, y empezaron a inclinarse ante ellos, de modo que ofendieron a Jehová. 13 Así abandonaron a Jehová y se pusieron a servir a Baal y a las imágenes de Astoret. 14 Con esto, la cólera de Jehová se encendió contra Israel, de modo que los dio en manos de los pilladores, y estos empezaron a saquearlos, y él procedió a venderlos en manos de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron mantenerse firmes delante de sus enemigos. 15 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová resultaba estar contra ellos para calamidad, tal como había hablado Jehová y tal como les había jurado Jehová; y llegaron a estar en muy grave aprieto.
(Salmos 106:40-43) 40 Y la cólera de Jehová empezó a arder contra su pueblo, y él llegó a detestar su herencia. 41 Y repetidas veces los dio en mano de las naciones, para que los gobernaran los que los odiaban, 42 y para que sus enemigos los oprimieran, y para que fueran sojuzgados bajo la mano de ellos. 43 Muchas veces los libraba, pero ellos mismos se portaban con rebeldía en su proceder desobediente, y eran rebajados por su error.
(1 Samuel 1:20-28) 20 Así, a la vuelta de un año, aconteció que Ana quedó encinta y dio a luz un hijo y procedió a llamarlo por nombre Samuel, porque, dijo ella, “es a Jehová a quien lo he pedido”. 21 Con el tiempo el hombre Elqaná subió con toda su casa a sacrificar para Jehová el sacrificio anual y su ofrenda de voto. 22 En cuanto a Ana, ella no subió, porque había dicho a su esposo: “Tan pronto como el muchacho sea destetado, tengo que llevarlo, y tiene que presentarse delante de Jehová y morar allí hasta tiempo indefinido”. 23 Ante esto, Elqaná su esposo le dijo: “Haz lo que sea bueno a tus ojos. Quédate en casa hasta que lo destetes. Solo que Jehová realice su palabra”. De modo que la mujer se quedó en casa y siguió amamantando a su hijo hasta que lo destetó. 24 Por consiguiente, tan pronto como lo hubo destetado, lo subió consigo, junto con un toro de tres años y un efá de harina y un jarrón de vino, y procedió a entrar en la casa de Jehová, en Siló. Y el muchacho estaba con ella. 25 Entonces degollaron el toro y llevaron el muchacho a Elí. 26 Con eso, ella dijo: “¡Dispénsame, señor mío! Por la vida de tu alma, señor mío, yo soy la mujer que estuvo de pie contigo en este lugar para orar a Jehová. 27 Respecto a este muchacho oré que Jehová me concediera mi petición que le pedí. 28 Y yo, a mi vez, lo he prestado a Jehová. Todos los días que en efecto él exista, es uno solicitado para Jehová”. Y él procedió a inclinarse allí ante Jehová.
(1 Samuel 2:26) 26 Mientras tanto, el muchacho Samuel iba creciendo y haciéndose más agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres.
6. a) ¿Qué cosas promueve el mundo de hoy? b) ¿Qué debemos esforzarnos por hacer?
RESPUESTA a): Hoy día, muchas personas se comportan como la gente de Canaán. Están obsesionadas con el sexo, la violencia y el dinero.
RESPUESTA b): Esforcémonos por no copiar jamás la actitud de la gente del mundo. Y cuando veamos indicios de esas actitudes en nosotros, hemos de luchar con esmero por arrancarlas de nuestra mente.
6 Las personas de hoy piensan y actúan de manera similar a los cananeos: promueven el sexo, la violencia y el materialismo. Jehová desea protegernos y nos da claras advertencias, como hizo con los israelitas. ¿Aprenderemos de los errores que cometieron? (1 Cor. 10:6-11). Debemos esforzarnos al máximo para arrancar de nuestra mente cualquier forma de pensar que se parezca a la de los cananeos (Rom. 12:2). ¿Lo estamos haciendo?
LENGUAJE SENCILLO: 6 Hoy día, muchas personas se comportan como la gente de Canaán. Están obsesionadas con el sexo, la violencia y el dinero. Pero Jehová nos dice que tengamos cuidado. Él quiere protegernos de las malas influencias, tal como quería proteger a los israelitas. ¿Aprenderemos de los errores de los israelitas? (1 Corintios 10:6-11). Esforcémonos por no copiar jamás la actitud de la gente del mundo (Romanos 12:2).
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(1 Corintios 10:6-11) 6 Ahora bien, estas cosas llegaron a ser nuestros ejemplos, para que nosotros no seamos personas que deseen cosas perjudiciales, tal como ellos las desearon. 7 Ni nos hagamos idólatras, como hicieron algunos de ellos; así como está escrito: “Se sentó el pueblo a comer y beber, y se levantaron para divertirse”. 8 Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil [de ellos] en un día. 9 Ni pongamos a Jehová a prueba, como algunos de ellos [lo] pusieron a prueba, de modo que perecieron por las serpientes. 10 Ni seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor. 11 Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.
(Romanos 12:2) 2 Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.
MANTENGAMOS LA FE A PESAR DE LAS DECEPCIONES
7. a) ¿Cómo trataron a Jefté sus propios hermanos y los ancianos de Israel? b) ¿Cómo actuó Jefté?
RESPUESTA a): Los hermanos de Jefté lo odiaban y sentían celos de él. Lo han expulsado de la casa paterna para poder quedarse con la herencia que le corresponde a él.
RESPUESTA b): Actúo como un hombre espiritual. Así que cuando los ancianos de Israel le rogaron que los ayudara, él los ayudó de buena gana.
7 Por ser desobedientes, los israelitas fueron oprimidos por los ammonitas y los filisteos en los días de Jefté (Juec. 10:7, 8). Las naciones enemigas no fueron el único problema de Jefté. También le causaron dificultades sus hermanos y los ancianos de Israel. Como sus medio hermanos lo odiaban tanto y sentían tantos celos, lo expulsaron de la tierra que legalmente le pertenecía por ser el mayor (Juec. 11:1-3). Pero Jefté no dejó que ese trato cruel lo afectara; actuó como un hombre espiritual. Cuando los ancianos de la nación le rogaron que los ayudara, él no les dio la espalda (Juec. 11:4-11). ¿Por qué actuó así?
LENGUAJE SENCILLO: 7 En tiempos de Jefté, los israelitas sufrieron ataques enemigos por desobedecer a Jehová (Jueces 10:7, 8). Además de sufrir los ataques enemigos, Jefté tuvo problemas con sus hermanos y con los ancianos de Israel. Los hermanos de Jefté lo odiaban y sentían celos de él. Así que lo obligaron a irse de las tierras que le pertenecían (Jueces 11:1-3). Pero Jefté no se dejó afectar por la crueldad de aquellos israelitas. ¿Por qué lo sabemos? Porque cuando los ancianos de Israel le rogaron que los ayudara, él los ayudó de buena gana (Jueces 11:4-11). ¿Por qué reaccionó así?
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(Jueces 10:7-8) 7 Ante esto, la cólera de Jehová se encendió contra Israel, de modo que los vendió en mano de los filisteos y en mano de los hijos de Ammón. 8 Por lo tanto, estos destrozaron a los hijos de Israel y los oprimieron mucho aquel año... por dieciocho años, a todos los hijos de Israel que estaban en el lado del Jordán de la tierra de los amorreos que estaba en Galaad.
(Jueces 11:1-3) 11 Ahora bien, Jefté el galaadita se había hecho hombre poderoso y valiente, y era hijo de una prostituta, y Galaad había llegado a ser padre de Jefté. 2 Y la esposa de Galaad siguió dándole hijos. Cuando los hijos de la esposa se desarrollaron, procedieron a expulsar a Jefté y a decirle: “No debes tener herencia en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer”. 3 De modo que Jefté huyó a causa de sus hermanos y se puso a morar en la tierra de Tob. Y siguieron juntándose a Jefté hombres ociosos, y salían con él.
(Jueces 11:4-11) 4 Y después de una temporada aconteció que los hijos de Ammón empezaron a pelear contra Israel. 5 Y aconteció que cuando los hijos de Ammón efectivamente pelearon contra Israel, los ancianos de Galaad fueron inmediatamente a sacar a Jefté de la tierra de Tob. 6 Entonces dijeron a Jefté: “Ven, sí, y sirve como comandante nuestro, y peleemos contra los hijos de Ammón”. 7 Pero Jefté dijo a los ancianos de Galaad: “¿No fueron ustedes los que me odiaron, de modo que me expulsaron de la casa de mi padre? ¿Y por qué han venido a mí ahora justamente cuando están en angustia?”. 8 Ante esto, los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: “Por eso ahora nos hemos vuelto a ti, y tienes que ir con nosotros y pelear contra los hijos de Ammón, y tienes que llegar a ser para nosotros cabeza de todos los habitantes de Galaad”. 9 De modo que Jefté dijo a los ancianos de Galaad: “Si me están llevando de vuelta para pelear contra los hijos de Ammón, y Jehová de veras los abandona en mi mano, ¡yo, por mi parte, llegaré a ser cabeza de ustedes!”. 10 A su vez, los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: “Resulte Jehová ser el oidor entre nosotros si la manera en que lo hiciéramos no fuera conforme a tu palabra”. 11 En consecuencia, Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo puso sobre sí como cabeza y comandante. Y Jefté procedió a hablar todas sus palabras delante de Jehová en Mizpá.
8, 9. a) ¿Qué principios de la Ley de Moisés ayudaron a Jefté? b) ¿Qué era lo más importante para Jefté?
RESPUESTA a): Él sabía que Jehová no quiere que sus siervos se venguen unos de otros, sino que se amen. Sin duda conocía y tenia presente Levítico 19:17,18 que dice: ”’No debes odiar a tu hermano en tu corazón. Debes sin falta censurar a tu asociado, para que no cargues pecado junto con él. 18 ”’No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová.
RESPUESTA b): Lo más importante para Jefté era defender el nombre de Jehová y a su pueblo.
8 Jefté era más que un gran guerrero. Conocía muy bien la Ley de Moisés y la historia de Israel. Dicha historia lo ayudó a entender claramente lo que estaba bien y lo que estaba mal desde el punto de vista de Jehová (Juec. 11:12-27). Jefté dejó que los principios de la Ley guiaran su forma de pensar y sentir. Sabía que Jehová odia el rencor, que desea que todos sus siervos se amen. Además, la Ley le enseñó que no estaba bien ignorar a quien necesitara ayuda, aun si fuera alguien que lo odiara (lea Éxodo 23:5 y Levítico 19:17, 18).
9 Es posible que el ejemplo de otros hombres de fe también lo ayudara. Uno fue José, que fue bueno con sus hermanos aunque lo odiaban (Gén. 37:4; 45:4, 5). Pensar en ese y otros ejemplos quizás ayudó a Jefté a comportarse de una manera que agradara a Jehová. Es cierto que le dolió muchísimo que sus hermanos lo trataran mal, pero nada iba a impedir que apoyara a Jehová y a su pueblo (Juec. 11:9). Para él, defender el nombre de Dios era lo más importante, más que cualquier otra cosa. Su determinación de no perder la fe lo benefició a él y a los israelitas (Heb. 11:32, 33).
LENGUAJE SENCILLO: 8 Jefté era un gran guerrero y conocía muy bien la historia de Israel y la ley de Moisés. Al pensar en cómo Jehová trata a su pueblo, aprendió lo que está bien y lo que está mal (Jueces 11:12-27). Y durante su vida usó esos principios para tomar decisiones. Él sabía que Jehová no quiere que sus siervos se venguen unos de otros, sino que se amen unos a otros. Además, en la ley aprendió cómo tratar a los demás, incluso a los que lo odiaban (lea Éxodo 23:5 y Levítico 19:17, 18).
9 Algo que quizás también ayudó a Jefté fue el ejemplo de José. De seguro sabía que José les tuvo compasión a sus hermanos aunque ellos lo odiaban (Génesis 37:4; 45:4, 5). Tal vez Jefté pensó en este ejemplo, y eso lo ayudó a reaccionar como Jehová esperaba. Jefté debió de sufrir mucho por lo que le hicieron sus hermanos. Pero no le dio demasiada importancia a sus sentimientos. Para él, lo más importante era defender el nombre de Jehová y a su pueblo (Jueces 11:9). Jefté deseaba mostrar fe en Jehová. Y por eso Dios lo bendijo a él y a todo su pueblo (Hebreos 11:32, 33).
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(Jueces 11:12-27) 12 Entonces Jefté envió mensajeros al rey de los hijos de Ammón, y dijo: “¿Qué tengo que ver contigo, para que hayas venido contra mí para pelear en mi tierra?”. 13 De modo que el rey de los hijos de Ammón dijo a los mensajeros de Jefté: “Se debe a que Israel tomó mi tierra cuando subió de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboq y hasta el Jordán. Y ahora, en efecto, devuélvela pacíficamente”. 14 Pero Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los hijos de Ammón 15 y le dijo: “Esto es lo que ha dicho Jefté: ‘Israel no tomó la tierra de Moab ni la tierra de los hijos de Ammón. 16 Porque cuando subió de Egipto, Israel fue andando por el desierto hasta el mar Rojo y logró llegar a Qadés. 17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: “Déjame pasar, por favor, por tu tierra”, y el rey de Edom no escuchó. Y también al rey de Moab envió, y él no consintió. E Israel continuó morando en Qadés. 18 Cuando siguieron andando por el desierto, dieron la vuelta a la tierra de Edom y a la tierra de Moab de modo que marcharon en dirección al nacimiento del sol, en lo que toca a la tierra de Moab, y se pusieron a acampar en la región de Arnón; y no pasaron dentro del límite de Moab, porque Arnón era el límite de Moab. 19 ”’Después de eso Israel envió mensajeros a Sehón el rey de los amorreos, el rey de Hesbón, y le dijo Israel: “Déjanos pasar, por favor, por tu tierra a mi propio lugar”. 20 Y Sehón no se sintió seguro acerca de que Israel cruzara por su territorio, y Sehón se puso a reunir a todo su pueblo y a acampar en Jáhaz y a pelear contra Israel. 21 Ante esto, Jehová el Dios de Israel dio a Sehón y todo su pueblo en mano de Israel, de manera que ellos los hirieron, e Israel tomó posesión de toda la tierra de los amorreos que habitaban aquella tierra. 22 Así tomaron posesión de todo el territorio de los amorreos desde el Arnón hasta el Jaboq y desde el desierto hasta el Jordán. 23 ”’Y ahora Jehová el Dios de Israel fue quien desposeyó a los amorreos de delante de su pueblo Israel, y tú, por tu parte, quisieras desposeerlos. 24 ¿Acaso no es a cualquiera a quien Kemós tu dios te hace desposeer que tú desposees? Y todo aquel a quien Jehová nuestro Dios ha desposeído de delante de nosotros es al que nosotros desposeeremos. 25 Y ahora, ¿eres tú mejor de manera alguna que Balac hijo de Zipor, el rey de Moab? ¿Contendió él alguna vez con Israel, o peleó alguna vez contra ellos? 26 Mientras Israel estaba morando en Hesbón y sus pueblos dependientes, y en Aroer y sus pueblos dependientes, y en todas las ciudades que están junto a las márgenes del Arnón por trescientos años, ¿por qué, pues, nunca los arrebataste durante aquel tiempo? 27 En cuanto a mí, yo no he pecado contra ti, pero tú estás tratando mal conmigo al pelear contra mí. Que Jehová el Juez juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Ammón’”.
(Éxodo 23:5) 5 Si vieras echado debajo de su carga el asno de alguien que te odia, entonces debes guardarte de dejarlo. Junto con él, sin falta has de librarlo.
(Levítico 19:17-18) 17 ”’No debes odiar a tu hermano en tu corazón. Debes sin falta censurar a tu asociado, para que no cargues pecado junto con él. 18 ”’No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová.
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(Génesis 37:4) 4 Cuando sus hermanos llegaron a ver que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, empezaron a odiarlo, y no podían hablarle pacíficamente.
(Génesis 45:4-5) 4 De modo que José dijo a sus hermanos: “Acérquense a mí, por favor”. Con eso, se le acercaron. Entonces dijo: “Yo soy José su hermano, a quien ustedes vendieron en [manos de] Egipto. 5 Pero ahora no se sientan heridos y no se encolericen contra ustedes mismos por haberme vendido acá; porque para la conservación de vida me ha enviado Dios delante de ustedes.
(Jueces 11:9) 9 De modo que Jefté dijo a los ancianos de Galaad: “Si me están llevando de vuelta para pelear contra los hijos de Ammón, y Jehová de veras los abandona en mi mano, ¡yo, por mi parte, llegaré a ser cabeza de ustedes!”.
(Hebreos 11:32-33) 32 ¿Y qué más diré? Porque me faltará tiempo si sigo contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como también de Samuel y de los [demás] profetas, 33 que por fe derrotaron reinos en conflicto, efectuaron justicia, obtuvieron promesas, taparon bocas de leones,
10. ¿Cómo nos ayudan las normas de Jehová a actuar como cristianos?
RESPUESTA: Las normas de Jehová pueden ayudarnos si algún hermano nos trata mal o nos decepciona. Por ejemplo Colosenses 3:13 nos dice: Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.) Así que aunque nos duela mucho, principios como este nos ayudaran a no dejar de servir a Jehová. Tampoco dejemos de ir a las reuniones. Así imitaremos el ejemplo de Jefté, al enfrentar las situaciones difíciles y a ser un buen ejemplo para otros.
10 Puede que en ocasiones haya hermanos que nos traten mal o nos decepcionen. ¿Qué haremos? Si el ejemplo de Jefté nos ha llegado al corazón, no permitiremos que problemas como esos nos impidan servir a Jehová. Tampoco perderemos el deseo de ir a las reuniones o de estar con los hermanos. Al igual que Jefté, las normas de Jehová nos pueden ayudar a superar situaciones difíciles y a ser un buen ejemplo para los demás (Rom. 12:20, 21; Col. 3:13).
LENGUAJE SENCILLO: 10 ¿Cómo podemos copiar el ejemplo de Jefté? Pensemos en lo siguiente: ¿qué haríamos si algún hermano nos decepciona o nos parece que nos trata de forma injusta? Debemos hacer como Jefté y usar los principios de la Biblia para tomar decisiones. Aunque nos sintamos heridos, no dejemos de servir a Jehová. Tampoco dejemos de ir a las reuniones ni de pasar tiempo con la congregación. Más bien, obedezcamos a Jehová. Esto nos ayudará a enfrentar las situaciones difíciles y a ser un buen ejemplo para otros (Romanos 12:20, 21; Colosenses 3:13).
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(Romanos 12:20-21) 20 Pero, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza”. 21 No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.
(Colosenses 3:13) 13 Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.
LOS SACRIFICIOS QUE HACEMOS MUESTRAN CÓMO ESTÁ NUESTRA FE
11, 12. a) ¿Qué promesa hizo Jefté? b) ¿Qué tendría que hacer para cumplir esa promesa?
RESPUESTA a): Le hizo un voto a Jehová. Le prometió que si lo ayudaba a derrotarlos a sus enemigos los ammonitas, le ofrecería como una “ofrenda quemada” a la primera persona que saliera a recibirlo cuando él volviera de la batalla.
RESPUESTA b): En tiempos de los israelitas, una ofrenda quemada era un regalo especial que alguien le hacía a Jehová. lo que Jefté quiso decir es que le daría a Jehová a una persona para que le sirviera en el tabernáculo por el resto de su vida.
11 Jefté sabía que necesitaba la ayuda de Jehová para liberar a Israel de los ammonitas. Le prometió que, si le daba la victoria, entregaría “como ofrenda quemada” a la primera persona que saliera a recibirlo al volver de la batalla (Juec. 11:30, 31). ¿Qué tendría que hacer para cumplir esa promesa?
12 Jehová odia los sacrificios humanos, así que está claro que Jefté no tenía la intención de sacrificar literalmente a nadie (Deut. 18:9, 10). Según la Ley de Moisés, la ofrenda quemada se entregaba por completo a Jehová. Por lo tanto, Jefté estaba prometiendo que ofrecería a una persona para que se dedicara exclusivamente a servir a Jehová en el tabernáculo toda la vida. Dios estuvo de acuerdo y lo bendijo con una victoria aplastante sobre el enemigo (Juec. 11:32, 33). ¿A quién entregaría Jefté como “ofrenda quemada”?
LENGUAJE SENCILLO: 11 Jefté sabía que necesitaba la ayuda de Dios para librar a Israel de sus enemigos. Por eso le hizo un voto a Jehová (vea el recuadro “¿Qué significa?”). Le prometió que si lo ayudaba a derrotarlos, le ofrecería como una “ofrenda quemada” a la primera persona que saliera a recibirlo cuando él volviera de la batalla (Jueces 11:30, 31). ¿Qué quiso decir?
12 Jefté no quiso decir que iba a matar a la primera persona que saliera a recibirlo. ¿Por qué lo sabemos? Porque él sabía que Jehová odia los sacrificios de seres humanos (Deuteronomio 18:9, 10). En tiempos de los israelitas, una ofrenda quemada era un regalo especial que alguien le hacía a Jehová (vea el recuadro “¿Qué significa?”). Por eso, lo que Jefté quiso decir es que le daría a Jehová a una persona para que le sirviera en el tabernáculo por el resto de su vida. Jehová aceptó la promesa de Jefté y lo ayudó a derrotar a sus enemigos (Jueces 11:32, 33). Pero ¿quién sería la persona que Jefté ofrecería como regalo a Dios?
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(Jueces 11:30-31) 30 Entonces Jefté hizo un voto a Jehová y dijo: “Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano, 31 entonces tiene que suceder que el que venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová, y tengo que ofrecer a ese como ofrenda quemada”.
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(Deuteronomio 18:9-10) 9 ”Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, no debes aprender a hacer conforme a las cosas detestables de aquellas naciones. 10 No debería hallarse en ti nadie que haga pasar por el fuego a su hijo o a su hija, nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero,
(Jueces 11:32-33) 32 De modo que Jefté pasó adelante a donde los hijos de Ammón para pelear contra ellos, y Jehová procedió a darlos en su mano. 33 Y fue hiriéndolos desde Aroer por todo el camino hasta Minit —veinte ciudades— y hasta Abel-keramim con una matanza sumamente grande. Así fueron sojuzgados los hijos de Ammón delante de los hijos de Israel.
13, 14. ¿Qué nos enseña Jueces 11:35 sobre la fe de Jefté?
RESPUESTA: Sin duda Jefté también siguió los principios que había aprendido en la ley de Dios. Tal vez recordó que la ley les decía a los israelitas que tenían que darle a Jehová lo mejor que tuvieran (Éxodo 23:19). Quizás también recordó que si alguien le hacía un voto a Jehová, la ley decía: “No debe violar su palabra. De manera que Jefté dijo: “He abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás” (Jueces 11:35). Estas palabras nos enseñan que Jefté tenía una fe muy fuerte.
13 ¿Recuerda la escena que se describe al principio del artículo? Cuando Jefté regresa de la batalla, la primera persona que sale a recibirlo es su única hija, a la que tanto quiere. ¿Cumplirá su promesa? ¿La entregará para que pase el resto de su vida sirviendo en el tabernáculo?
14 Una vez más, los principios de la Ley de Dios seguramente lo ayudaron a tomar la decisión correcta. Tal vez recordó las palabras de Éxodo 23:19, que decían que el pueblo de Dios debía estar dispuesto a dar lo mejor a Jehová. La Ley también mandaba cumplir los votos o promesas: “En caso de que un hombre haga un voto a Jehová [...], no debe violar su palabra. Conforme a todo lo que haya salido de su boca debe hacer” (Núm. 30:2). Igual que Ana, quien probablemente vivió en la misma época, Jefté tenía que cumplir su palabra, aunque sabía lo que eso significaría para él y para su hija. Él no tenía más hijos: ella era su única esperanza de que alguien heredara su nombre y sus posesiones (Juec. 11:34). A pesar de todo, Jefté dijo: “He abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás” (Juec. 11:35). Demostró tener fe aunque tuvo que pagar un precio muy alto, y Jehová lo bendijo por ello. ¿Habría tomado usted la misma decisión?
LENGUAJE SENCILLO: 13 Como vimos en el primer párrafo del artículo, la primera persona que salió a recibir a Jefté fue su única hija, a la que tanto quería. ¿Qué haría Jefté? ¿Cumpliría la promesa que le había hecho a Jehová? ¿Le daría a su propia hija para que le sirviera en el tabernáculo por el resto de su vida?
14 En esta situación, sin duda Jefté también siguió los principios que había aprendido en la ley de Dios. Tal vez recordó que la ley les decía a los israelitas que tenían que darle a Jehová lo mejor que tuvieran (Éxodo 23:19). Quizás también recordó que si alguien le hacía un voto a Jehová, la ley decía: “No debe violar su palabra. Conforme a todo lo que haya salido de su boca debe hacer” (Números 30:2). Así que Jefté debía hacer como la fiel Ana, que tal vez vivió en la misma época que él. Jefté tenía que cumplir su promesa, aunque sabía que no sería fácil ni para él ni para su hija. Como ella serviría toda su vida en el tabernáculo, nunca se casaría ni tendría hijos. Así que no habría nadie que continuara la familia de Jefté y heredara sus tierras (Jueces 11:34). Aun así, Jefté dijo: “He abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás” (Jueces 11:35). Estas palabras nos enseñan que Jefté tenía una fe muy fuerte. Jehová aceptó el enorme sacrificio que él hizo y lo bendijo.¿Habríamos tenido nosotros tanta fe como Jefté?
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(Éxodo 23:19) 19 ”Lo mejor de los primeros frutos maduros de tu suelo has de traer a la casa de Jehová tu Dios. ”No debes cocer el cabrito en la leche de su madre.
(Números 30:2) 2 En caso de que un hombre haga un voto a Jehová o jure un juramento para atar sobre su alma un voto de abstinencia, no debe violar su palabra. Conforme a todo lo que haya salido de su boca debe hacer.
(Jueces 11:34) 34 Por fin Jefté vino a Mizpá, a su casa, y, ¡mire!, ¡su hija salía a su encuentro con toque de panderetas y baile! Ahora bien, ella era absolutamente la única hija. Además de ella, él no tenía ni hijo ni hija.
(Jueces 11:35) 35 Y aconteció que, cuando él alcanzó a verla, empezó a rasgar sus prendas de vestir y a decir: “¡Ay, hija mía! Realmente has hecho que me doble, y tú misma has llegado a ser la que yo estuve obligando a extrañamiento. Y yo... yo he abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás”
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15. a) ¿Qué promesa hicimos cuando nos dedicamos a Jehová? b) ¿Cómo podemos demostrar que tenemos fe?
RESPUESTA a): Cuando nos dedicamos a Jehová, le prometimos que lo más importante para nosotros sería hacer lo que a él le agrada.
RESPUESTA b): La profundidad de nuestra fe se demuestra cumpliendo la promesa que le hicimos a Jehová y obedeciéndole de buena gana. Sabemos que la bendición de Dios siempre es mayor que cualquier sacrificio que hagamos.
15 Cuando dedicamos nuestra vida a Jehová, le hicimos un voto. Le prometimos que, sin importar lo que pasara, siempre haríamos su voluntad. Y sabíamos que eso supondría hacer sacrificios. Ahora bien, nuestro deseo de obedecer a Jehová se pone a prueba especialmente cuando se nos pide hacer algo que no nos gusta. Pero si hacemos sacrificios y servimos a Dios aunque no sea fácil, demostraremos que tenemos fe. Las bendiciones siempre serán mucho mayores que cualquier sacrificio que hagamos, por muy doloroso que sea (Mal. 3:10). Ahora volvamos a la historia de Jefté. ¿Qué pasó con su hija?
LENGUAJE SENCILLO: 15 Cuando nos dedicamos a Jehová, le prometimos que lo más importante para nosotros sería hacer lo que él quiere. Sabíamos que eso no siempre sería fácil. Pero ¿cómo reaccionamos cuando Jehová nos pide que hagamos algo que no nos gusta? Si tenemos una fe como la de Jefté, lo demostraremos cumpliendo la promesa que le hicimos a Jehová y obedeciéndole de buena gana. Sabemos que la bendición de Dios siempre es mayor que cualquier sacrificio que hagamos (Malaquías 3:10). Ahora bien, ¿qué pasó con la hija de Jefté? ¿Cómo reaccionó cuando supo lo que su padre había prometido?
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(Malaquías 3:10) 10 Traigan todas las décimas partes al almacén, para que llegue a haber alimento en mi casa; y pruébenme, por favor, en cuanto a esto —ha dicho Jehová de los ejércitos—, a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vacío sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia.
¿Cómo demostramos que tenemos una fe como la de Jefté y su hija? (Vea los párrafos 16 y 17).
16. ¿Cómo reaccionó la hija de Jefté al conocer la promesa de su padre? (Vea el dibujo del principio).
RESPUESTA: Ella era la hija del líder de Israel, así que podía casarse con el mejor muchacho del país. Pero en vez de eso, terminaría siendo una humilde sierva de Dios en el tabernáculo. Su reacción demuestra la fe gran que tenía. Le dijo a su padre algo que demostró que para ella lo más importante era servirle a Dios: “Haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca”. Con tal de servirle a Jehová, esta joven sacrificó su deseo natural de casarse y tener hijos. ¡Que magnifico ejemplo!.
16 Seguramente no fue fácil para la hija de Jefté aceptar las consecuencias del voto de su padre. Ese voto no era como el de Ana, que dedicó a su hijo Samuel para que fuera nazareo y sirviera en el tabernáculo (1 Sam. 1:11). Los nazareos podían casarse y tener hijos, pero la hija de Jefté sería una “ofrenda quemada”: se entregaría por completo a Dios y no podría formar una familia (Juec. 11:37-40). Como era la hija del líder de Israel que había conseguido la victoria, podría haberse casado con el mejor hombre del lugar. En vez de eso, iba a ser una humilde sierva que trabajaría en el tabernáculo. ¿Cómo reaccionó la joven? Demostró que servir a Jehová era lo más importante en su vida cuando dijo: “Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca” (Juec. 11:36). Sacrificó sus sueños de tener esposo e hijos con tal de servir a Dios. ¿Cómo podemos imitarla?
LENGUAJE SENCILLO: 16 El voto que hizo Jefté fue diferente del voto que hizo Ana. Ella prometió que daría a su hijo para que sirviera en el tabernáculo como nazareo (1 Samuel 1:11) (vea el recuadro “¿Qué significa?”). Los nazareos podían casarse y tener hijos. Pero la hija de Jefté no podría hacerlo, porque su padre la ofreció por completo como una “ofrenda quemada” (Jueces 11:37-40). Pensemos en esto: ella era la hija del líder de Israel, así que podía casarse con el mejor muchacho del país. Pero en vez de eso, terminaría siendo una humilde sierva de Dios en el tabernáculo. ¿Cómo reaccionó? Le dijo a su padre algo que demostró que para ella lo más importante era servirle a Dios: “Haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca” (Jueces 11:36). Con tal de servirle a Jehová, esta joven sacrificó su deseo natural de casarse y tener hijos. ¿Cómo podemos copiar su buena actitud?
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(1 Samuel 1:11) 11 Y pasó a hacer un voto y decir: “Oh Jehová de los ejércitos, si miras sin falta la aflicción de tu esclava y realmente te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu esclava y realmente das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida, y no vendrá navaja sobre su cabeza”.
(Jueces 11:37-40) 37 Y pasó a decir a su padre: “Que se me haga esta cosa: Déjame por dos meses, y deja que me vaya, y ciertamente descenderé sobre las montañas, y déjame llorar mi virginidad, yo y mis compañeras”. 38 Ante esto, él dijo: “¡Ve!”. De modo que la envió por dos meses; y ella siguió yendo, ella con sus compañeras, y llorando su virginidad sobre las montañas. 39 Y al cabo de dos meses aconteció que vino de regreso a su padre, después de lo cual él llevó a cabo su voto que había hecho tocante a ella. En cuanto a ella, nunca tuvo relaciones [sexuales] con ningún hombre. Y vino a ser disposición reglamentaria en Israel: 40 De año en año las hijas de Israel iban a dar encomio a la hija de Jefté el galaadita, cuatro días en el año.
(Jueces 11:36) 36 Pero ella le dijo: “Padre mío, si has abierto tu boca a Jehová, haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca, puesto que Jehová ha ejecutado para ti actos de venganza sobre tus enemigos, los hijos de Ammón”.
17. a) ¿Qué podemos hacer para imitar la fe de Jefté y su hija? b) ¿Por qué lo animan a usted las palabras de Hebreos 6:10-12?
RESPUESTA a): Muchos Testigos jóvenes sacrifican el deseo de casarse o de tener hijos, al menos por un tiempo. Porque quieren concentrarse en servirle más a Jehová. Muchos hermanos mayores también sacrifican parte del tiempo que podrían pasar con sus hijos o nietos. Porque han decidido darle su tiempo y energías a Jehová. Algunos ayudan a construir lugares de reunión. Otros van a la Escuela para Evangelizadores del Reino y se mudan a alguna congregación que necesita ayuda para predicar. Y otros hacen planes para predicar más durante la temporada de la Conmemoración.
RESPUESTA b): Jehová nunca olvidará los sacrificios que todos estos hermanos fieles hacen por amor (Hebreos 6:10-12).
17 Miles de jóvenes cristianos, hombres y mujeres, están dispuestos a sacrificar su deseo de casarse o tener hijos, al menos por ahora. Lo hacen porque desean entregarse al servicio a Jehová. También hay hermanos de más edad que tal vez sacrifican el tiempo que podrían pasar con sus hijos y nietos con tal de trabajar en la construcción de los edificios que usamos para servir a Dios. O quizás lo hagan para asistir a la Escuela para Evangelizadores del Reino y servir en algún lugar donde se necesiten más publicadores. Y otros dejan a un lado sus asuntos personales para participar en las campañas en la temporada de la Conmemoración. A Dios le alegra mucho que le sirvamos de todo corazón. Nunca olvidará a quienes lo aman ni todo lo que han hecho por él (lea Hebreos 6:10-12). ¿Qué hay de usted? ¿Ha pensado en algún sacrificio que pueda hacer para servir más a Jehová?
LENGUAJE SENCILLO:17 ¿Cómo podemos copiar el ejemplo de fe de Jefté y su hija? Hoy día, miles de Testigos jóvenes sacrifican el deseo de casarse o de tener hijos, al menos por un tiempo. ¿Por qué? Porque quieren concentrarse en servirle más a Jehová. Muchos hermanos mayores también sacrifican parte del tiempo que podrían pasar con sus hijos o nietos. ¿Por qué? Porque han decidido darle su tiempo y energías a Jehová. Algunos ayudan a construir lugares de reunión. Otros van a la Escuela para Evangelizadores del Reino y se mudan a alguna congregación que necesita ayuda para predicar. Y otros hacen planes para predicar más durante la temporada de la Conmemoración. Jehová nunca olvidará los sacrificios que todos estos hermanos fieles hacen por amor (lea Hebreos 6:10-12). ¿Y usted? ¿Está dispuesto a hacer sacrificios para servirle más a Jehová?
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(Hebreos 6:10-12) 10 Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, por el hecho de que han servido a los santos y continúan sirviendo. 11 Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, 12 para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas.
¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?
18, 19. a) ¿Qué hemos aprendido de Jefté y su hija? b) ¿Cómo podemos imitarlos?
RESPUESTA a): Jefté siguió la guía de Jehová cuando tuvo que tomar decisiones en su vida. Decidió luchar contra la mala influencia de la gente que lo rodeaba. Demostró fe incluso cuando otros lo decepcionaron. Y cuando algunos no obedecieron a Dios, él y su hija mostraron que tenían una fe fuerte. Jehová bendijo a Jefté y a su hija por los sacrificios que estuvieron dispuestos a hacer
RESPUESTA b): La Biblia nos exhorta: “Sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12). Por eso, sigamos el ejemplo de Jefté y su hija y demostremos siempre una fe fuerte. Recordemos que Jehová aprueba a quienes tienen fe en él.
18 Jefté se enfrentó a muchas dificultades a lo largo de su vida, pero siempre tomó en cuenta el punto de vista de Jehová al tomar decisiones. No dejó que la maldad que lo rodeaba influyera en él. No perdió la fe aunque lo decepcionaron las cosas que hicieron los demás. Los sacrificios de Jefté y su hija no fueron en vano, pues Jehová los bendijo y los utilizó para promover la adoración verdadera. En una época en la que muchos rechazaron las leyes de Dios, ellos las obedecieron fielmente.
19 La Biblia dice que tenemos que imitar a “los que mediante fe y paciencia heredan las promesas” (Heb. 6:12). Imitemos a Jefté y a su hija. Demostremos por nuestra manera de vivir que creemos en esta verdad fundamental: Jehová aprueba a quienes tienen fe en él.
LENGUAJE SENCILLO: 18 Podemos aprender mucho del ejemplo de Jefté y su hija. Por ejemplo, él siguió la guía de Jehová cuando tuvo que tomar decisiones en su vida. Decidió luchar contra la mala influencia de la gente que lo rodeaba. Demostró fe incluso cuando otros lo decepcionaron. Y cuando algunos no obedecieron a Dios, él y su hija mostraron que tenían una fe fuerte. Jehová bendijo a Jefté y a su hija por los sacrificios que estuvieron dispuestos a hacer. Además, los usó para ayudar a otros a servirle.
19 La Biblia dice: “Sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12). Por eso, sigamos el ejemplo de Jefté y su hija y demostremos siempre una fe fuerte. Recordemos que Jehová aprueba a quienes tienen fe en él.
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(Hebreos 6:12) 12 para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas.
¿QUÉ SIGNIFICA?
- Ofrenda quemada: Es un tipo de sacrificio mencionado en la ley de Moisés. Cuando un israelita quería demostrarle a Jehová que le estaba muy agradecido, tomaba un animal y lo quemaba por completo en el altar. Cuando se ofrecía a una persona como ofrenda quemada, significaba que esa persona serviría a Dios por el resto de su vida.
- Voto: Es una promesa muy seria que uno le hace a Dios.
- Nazareo: En la nación de Israel, era una persona que se dedicaba por completo a servir a Jehová debido a un voto especial.
¿CÓMO RESPONDERÍA?
¿Cómo puede ayudarnos a resistir la influencia del mundo el ejemplo de Jefté y su hija?
¿Qué principios bíblicos podrían ayudarnos cuando tengamos problemas con otros hermanos? Las normas de Jehová pueden ayudarnos si algún hermano nos trata mal o nos decepciona, aunque nos duela mucho, no dejemos de servir a Jehová. Tampoco dejemos de ir a las reuniones. Así imitaremos el ejemplo de Jefté, al enfrentar las situaciones difíciles y a ser un buen ejemplo para otros.
(Romanos 12:20-21) 20 Pero, “si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza”. 21 No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.
(Colosenses 3:13) 13 Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.
¿Cómo lo ha animado este artículo a hacer sacrificios por el Reino?